lunes, 20 de junio de 2011

El sombrero de estrellas.

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Propósito: trabajar el ritmo, los diferentes tipos de sonido,los instrumento músicales, los colores



El sombrero de estrellas
Mano Maga

Se abre la puerta y muy despacito aparece caminando, aunque casi pareciera que flota, una señora con un sombrero de pico bastante alto y ala redonda, un tul blanco cubre todo el sombrero, la cara y medio cuerpo de la dueña del sombrero.

La música suena muy lentamente acompañando sus movimientos casi lunares, el tul va y viene, saluda con su mano a los niños que la están mirando sin decir ni "mu". Al llegar delante de los chicos, daba la impresión que estaba volando, su velo volaba, sus brazos, el sombrero...



  • Hola chicos, soy la Maga Cuenta-Cuentos, dijo todavía sin levantarse el tul, éste es mi sombrero mágico, cada estrella tiene su propia historia: algunas las he traído desde muuuy lejos, otras me las han regalado magas amigas, y las mas chiquititas de todas, son regalos de niños como ustedes que cuando me sonríen le brota una estrellita al cabo de unos días (igualito que las flores).
Les preguntó a los niños si sabían volar, como ninguno sabía les ofreció hacer un vuelo despacito con ella, de a uno por vez podían acercarse a ella, agarrar el velo suavemente y cerrando los ojos levantar vuelo muy despacito, también les aconsejó mover el brazo libre para ayudar un poco a mantenerse elevado. Volaron y volaron, les dijo que para aterrizar tenían que hacerlo muy suavemente, y sobre todo no olvidarse de doblar las rodillas... "Puuuum" hizo algún niño, sin tener suficiente cuidado en el aterrizaje... pero sin hacerse ningún daño por suerte.

Caja multicolores




  • Esta es la caja mágica, dijo señalando una preciosa caja multicolores.
Cuando abrió la caja, salió un polvo plateado volando por los aires, cuando cayó al suelo apareció por detrás del sombrero de estrellas el Señor de la Buena Pipa, que no era él del cuento de la buena pipa, era un hombrecito tán chiquitito que cabía en la palma de una mano. Pero también era un poco tímido, así que iba escondiéndose de un lado al otro del sombrero espiando a los niños con cuidado de no ser descubierto.

  • ¡Eh, señor...!, lo descubrió un chiquito, ¿qué hace ahí?
  • Ah...Ah...si...¡hola! soy el Señor de la Buena Pipa, ¿qué tal están?
Todos los chiquitos le contestaron como estaban, pero el Señor de la Buena Pipa estaba un poco sordeli así que tuvieron que repetirlo unas cuantas veces a grito pelado.

El Señor de la Buena Pipa se puso a contarles que era un viejo marino y que estaba esperando el barco que lo llevaría a una isla muy especial, dónde las cosas no eran para nada normales, las palmeras en vez de tener higos tenían caramelos en forma de higos, las plantas de tomates tenían deliciosas nubes de azucar con forma de tomates, las flores también eran caramelos, los champiñones eran chupa-chups, y así con todas las cosas, pero también les dijo, bastante en secreto, que los ríos eran limonadas, y que cuando llovía juntaban el agua porque una vez en un recipiente se convertía en Coca-Cola... Claro que si le ponías petalos de margaritas amarillas (de las que también son caramelos) se convertía en Fanta de limón o de naranja si le ponías trocitos de naranjas.

VaquitaVaquitaVaquitaVaquitaVaquitaVaquitaVaquitaVaquitaVaquita

Había una vaca muy divertida, que cantaba canciones, cuya leche era riquísima y además con solo beberla limpiaba los dientes de una sola vez.


Pero parecía que el barco no llegaba núnca y empezaba a creer que la bailarina rusa que se lo contó lo habría soñado.



  • No, no... nada de éso! dijo Nadriushka, la bailarina folklórica rusa que guardaba cinco hermanitas pequeñas mientras aparecía por detrás del sombrero, ese barco existe, yo me he embarcado una vez cuando formaba parte de un ballet muuuy importante, después de un montón de actuaciones nos fuimos a esa isla a descansar y a comer todas las cosas ricas que queríamos...
  • Bueno, entonces me voy al muelle a esperarlo, adios, adioooooos, dijo el Señor de la Buena Pipa.
Nadriushka les contó a los chicos que ella era una bailarina rusa, y se puso a mostrarles como era el baile que ella hacía, la señora del sombrero hizo lo que la bailarina le indicaba, para acompañarla en su baile.

NiñosNiñosNiñosNiñosNiños

Animó a los chicos a intentar bailar como ella, claro que era una danza bastaaaaante difícil, así que les enseñó un poquitín, algún paso para que todos pudieran alegremente bailar. Cuando había terminado el baile, Nadriushka esperaba el aplauso que siempre tenía al finalizar una actuación, al oir los primeros aplausos saludó muy formalmente con su reverencia hacia delante, y se fue por donde vino.

El sombrero había entristecido en ese momento, estaba escuchando que un chiquitín estaba llorando, al sombrero no le gustaba entristecer a nadie, así que la señora lo puso a descansar, el pequeñin se alegraría un poco y el sombrero mágico no perdería mas estrellitas de niños.

En ese momento todos pudieron ver la cara de la Maga Cuenta-Cuentos, y ¡qué sorpresa...! también tenía estrellitas doradas como si fuera un antifáz alrededor de sus ojos...

  • ¡¡¡OOOHHHH...!!!, se oyó de todas las boquitas.
De la caja salió una carita de lo mas simpática, que parecía una flauta triangular con sonrisa... ocurría que esta carita hablaba con una risita todo el rato, y lo mas gracioso fue que todos los niños terminaron riéndose a carcajadas, hasta el que estaba llorando antes. Se puso a contarles chistes, y cosas divertidas, tántas que se tuvo que ir rápido porque no podía dejar de reirse...jijijijijijij.....

Después sin que nadie supiera cómo, la maga tenía antenitas de marciana en la cabeza, que terminaban en dos bolitas plateadas, y claro que se había convertido en una extraterrestre. Era una marciana muy marchosa porque les venía a enseñar el baile de su lugar, y les explicaba que hasta su planeta era un gran bailarín porque bailaba el "ula-ula" con los dos anillos que tenía al rededor. Terminaron todos bailando los bailes marcianos y un poco de "ula-ula".

MarcianitoMarcianitoMarcianitoMarcianito

La música fue acabándose poquito a poco, algunos niños fueron sentándose, otros a buscar sus bebidas, y otros querían darle la mano a la maga-marciana, o mirar de cerca las estrellitas que llevaba en la cara... Al final volvió a ser maga-maga, y con muchos besitos al aire y nubes de polvo brillante se despidió de los niños hasta el próximo cuento...

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